viernes, 19 de junio de 2009


En torno de las minas que regenteaba D. Rafael de Perez Lete, se encontraba el Pueblo de los Nativos de Sn. Jose, arriba entre penascos y sobre las ruinas de un adoratorio indio se alzaba una humilde capillita dedicada al culto del Nino Dios, cerrando la plazuela que formaban las casitas y junto a la calzada que daba acceso a las minas, estaba el palacio del ultimo cacique, quien al morir dejb a su unica hija bajo la tutela del sacerdote Cuzco, hombre cruel y ambicioso a quien todos los indios temian.

Malitzin, que tal era el nombre de la hermosa doncella, vivía recluída en su palacio, sin mas sociedad que varias jóvenes dedicadas a su servicio.

Entre ellas habia una a quien Malitzin profesaba un gran carino, por ser hija de su nodriza, su nombre era Topilzin , y acababan de bautizarla con el nombre de Ana.

Todos los domingos iba un religioso Agustino, Fray Martin, a celebrar Misa y a enseñar el Catecismo a los conversos.

En las conversaciones que Malitzin tenia con su doncella Ana, ésta le contaba las cosas que aprendía, lo bueno que era Fray Martin, para con ellos y las visitas que les hacía el Teul D. Rafael como ellos llamaban al Sr. de Perez Lete, que había sido su padrino.

El Téul era un gallardo mancebo que iba después del estudio de la doctrina y regalaba dulces y ropas a los niños y tomaba nota de las necesidades de los adultos a quienes protegía y daba trabajo en las minas.

En la imaginación ardiente de Malitzín fue tomando cuerpo la imagen del "Téul" de la cara pálida cabellera rizada y ojos azules como el cielo según to describía su ahijada Ana.

Y quiso conocerlo, burlando la vigilancia de Cuzco; envuelta en una manta obscura y acompañada de Ana, fue un domingo a la Capilla y confundida entre las demás indias, esperó llena de ansiedad la llegada del "Téul" a quien amaba sin darse cuenta.

Al terminar el catecismo llegó D. Rafael, y el corazón de la doncella india latió aceleradamente, y lo encontró más hermoso de lo que ella se figuraba.

D. Rafael pasó revista a los catecúmenos y le llamó la atención la belleza y el porte humilde de Malitzín y acercándose a ella le preguntó su nombre y porqué nunca la había visto.

Ella le contestó tímidamente no queriendo descubrirse, que se llamaba Xuchil (Flor), y que acababa de llegar de otro pueblo.

Pues bien hermosa Flor, le dijo el caballero, sigue viniendo, aprende pronto el catecismo y cuando te bauticen yo seré tu padrino y te regalaré cosas bonitas y le dió un collar de cuentas rojas como gotas de sangre.

La belleza de la india impresionó grandemente a D. Rafael y quiso investigar quién era, por lo que llamando a su ahijada la interrogó hábilmente y supo toda la verdad.

AI saber que era de sangre real y por lo mismo de una idolatría más arraigada, comprendió el inmenso abismo que los separaba, pero enamorado como estaba, resolvió allanar todos los obstáculos

Contó a Fray Martin sus cuitas y quiso disuadirlo de su propósito pero viendo que era inútil le recomendó mucha prudencia Y hablando con Malitzin le hablo del amor que sentía por ella D. Rafael, y que se casaría con ella siempre que ella abjurara su religión y se hiciera cristiana. Ella aceptó loca de alegría aunque sabía que firmaba su sentencia de muerte.

Y aprovechando las largess y contínuas ausencias de Cuzco, acompañada de su fiel Ana, iba a la capilla donde Fray Martin la catequizaba y preparaba para el bauitismo.
Por fin llegó el día fijado para la ceremonia era el sabado de Gloria de 1576, la ausencia de Cuzco duraba más de 15 dias por lo que Malitzín nada temía, adornada con sus mejores galas salió al atardecer de su palacio, al que muy pronto dejaría.

Todo estaba dispuesto en la Capilla, en medio del mayor secreto los padrinos serían Ana y un amigo de D. Rafael. después ella volvería a su palacio mientras D. Rafael arreglaba sus asuntos para irse a otras tierras lejos de la venganza de Cuzco.

Terminada la ceremonia se despidieron los esposos en la puerta de la capilla, sin saber que se daban un adios definitivo.

Cuando la nueva cristiana que tomó el nombre de Flor de Maria llegó a su aposento, quedó espantada al ver en él a Cuzco, que la esperaba lleno de ira llenándola de maldiciones y amenazándola con los peores tormentos si no abjuraba a su nueva religion públicamente y se casaba con él.

Flor aparentó una serenidad que no sentía le contesto que prefería morir Cuzco lleno de rabia ordenó que la llevaran a la hoguera que previamente había mandado levantar enmedio del patio principal y a la vista de todos los esclavos que estaban muertos de terror y atada de pies y manos fue arrojada en la pira pronto desaparecio entre un remolino de llamas.

Cuando D. Rafael, supo la horrible sentencia ya era tarde ni siquiera pudo vengar a su amada porque Cuzco y sus allegados habían desaparecido. De entre los leños ennegrecidos recogió los huesos calcinados de Flor y los llevo, a la Capilla testigo de sus amores. El palacio fue arrsasdo y muchos años después se trazó allí el camino para la vía del tranvia de la Villa de Guadalupe. Sobre las ruinas se construyó una finca destinada a deposito de maderas y fabrica de hielo, la finca se llamó Madereria de la Malinche como la Plazuela que aún lleva ese nombre.